Bernardo Prado Liévana*
Petrobras tuvo una idea, hacer que las usinas que funcionan con gas natural también puedan generar energía a partir del alcohol (etanol para ser más preciso).
Petrobras tuvo una idea, hacer que las usinas que funcionan con gas natural también puedan generar energía a partir del alcohol (etanol para ser más preciso).
Para lograr aquello, un equipo de técnicos de la ¨ingeniosa¨ petrolera, fué destinado, desde abril de 2009, a la termoeléctrica Juiz de Fora en el estado de Mato Grosso, donde enfrentan (sin problemas hasta ahora) el reto de adaptar una de las dos turbinas de la usina (cambiando los quemadores, las bombas, los filtros y todos los componentes que sean necesarios) para que esta pueda recibir, almacenar, transportar y quemar etanol y así generar energía para el consumo industrial, comercial o residencial.
Experiencia no falta, Brasil es pionero en el uso del etanol que obtiene de la caña de azucar, actualmente el 50% de su parque automotor funciona con este biocombustible y el 5% es ¨flex¨, es decir que funciona con etanol o gasolina. Para ser más ilustrativo, en Brasil el etanol se utiliza más que la gasolina.
Cifras oficiales manejadas por el Gobierno de Brasil estiman que la producción de etanol se incrementará en 150% llegando a 64.000 millones de litros en 2017, convirtiéndose en el primer exportador mundial de etanol desplazando a Estados Unidos. Adicionalmente, en 2017 Brasil tiene planeado exportar 8.000 millones de litros de etanol, contra 5.000 millones exportados en 2008, consolidándose como el mayor exportador de etanol del mundo.
Este proyecto, contrariamente a lo que muchos puedan creer, no es algo que se concretará en algunos años, Petrobras espera tener la primera usina ¨flex¨ del mundo en diciembre de 2009, es decir, en cinco meses. El costo de esta primera conversión ¨piloto¨ está lejos de ser astronómico, casi 6 millones de dólares, monto que se justifica considerando las ventajas que brindarán estas usinas ¨flex¨.
Este novedoso sistema sin duda dará mayor seguridad, confiabilidad y eficiencia a la generación de energía en Brasil. Ejecutivos de Petrobras ya resaltan que podrán, inclusive, escoger el combustible que usarán en función a su precio y disponibilidad para hacer funcionar la usina.
Con tan prometedoras cifras relacionadas a los biocombustibles, con un constante incremento en su producción interna de gas, con el LNG que yá es una realidad... ¿Serán estas usinas ¨flex¨ una alternativa más al gas boliviano?; Con todos esos factores, el 2019 sabremos con certeza que tan ¨flex¨ será el nuevo contrato que firmemos con Brasil para exportar nuestro gas.
Mientras tanto, lo último que me enteré es que Cuiabá, antiguo consumidor de gas boliviano, y cuyo mercado no se pudo retomar a principios de este año, ya decidió unánimemente optar por la nueva tendencia ¨flex¨.
*Consultor en temas energéticos y editor del portal www.HidrocarburosBolivia.com
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